jueves, 14 de noviembre de 2019

Reflexión sobre la aplicación de la taxonomía de Bloom al diseño de los materiales curriculares

Comprender, recordar, analizar, aplicar, evaluar y crear son las secuencias de la taxonomía de Bloom. Que bien me hubiese venido esta batería de sugerencias cuando empecé a trabajar en la docencia!! Cuantas veces pedimos cuestiones o tareas sin saber muy bien las razones últimas de esa exigencia. Lo hicimos porque así trabajaron otros profesores con nosotros o porque lo dice el libro de texto. Cuanta falta de reflexión!! Cuando a lo largo de nuestra carrera docente comenzamos a contactar con profesores más experimentados empezamos a pensar para que queríamos un itinerario de trabajo. Es el momento en el que necesitamos sistematizar las necesidades del aprendizaje. Que bien me hubiese venido entonces esta taxonomía!!.

El alumno necesita enfrentarse a retos de conocimiento. Abrir el interés por un tema y comenzar a profundizar en él a través de la lectura de documentos convenientemente seleccionados, analizar esa información, relacionarla con otra, establecer conexiones, aplicar el conocimiento obtenido y producir conclusiones posibles es lo que ofrece esta taxonomía. Familiarizarse con las tareas propuestas en esta taxonomía significa llegar a un aprendizaje profundo.

No sólo es viable trabajar así en el aula, es casi obligado para que se produzca verdadero aprendizaje y no una memorización mecánica e incompleta. En mis clases siempre le digo al alumnado que mi materia no es memorización sin reflexión y razonamiento. Al revés, si hay crítica, valoración de la información recibida, si hay planteamiento de alternativas es cuando la memorización es más duradera y menos ardua.

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